PIROTECNIA: UN PELIGRO PARA LOS OIDOS
Las lesiones auditivas que causan los fuegos artificiales son un riesgo del cual habitualmente no se habla y que es preciso difundir; ya que puede llegar a provocar sordera permanente.
Fin de año, tiempo de festejo. Desde hace siglos la pirotecnia está presente en las celebraciones, y es habitual que diversos eventos durante el año tengan su propio show de fuegos artificiales. Sin embargo, diciembre es el mes récord de ventas minoristas en este rubro y, en consecuencia, comienzan campañas de prevención sobre los accidentes provocados por el mal uso o por defectos de fabricación de los elementos pirotécnicos.
No obstante, hay un riesgo del cual habitualmente no se habla y que es preciso difundir: las lesiones auditivas que causan los fuegos artificiales, incluso los más pequeños y de venta autorizada.
El Dr. Vicente Diamante afirma: "Un petardo necesita milésimas de segundo para explotar, pero la intensidad del ruido es suficiente para dañar la audición de por vida".
Está comprobado que el oído humano está preparado para tolerar hasta 85db (decibeles), pero algunas explosiones producidas en las fiestas pueden alcanzar 190db. El sonido se intensifica si el estallido se produce en lugares cerrados o semi cerrados, como puede ser el patio de una casa o el balcón de un departamento.
"Muchas veces el ruido es tan sorpresivo que sacude y hasta destruye las células sensoriales ubicadas en el oído, y que no se regeneran. Esta exposición, sin la protección adecuada, es motivo suficiente para perder la audición. En un primer momento el paciente suele sentirse aturdido, con vértigo y la sensación de tener los oídos tapados e incluso hasta puede presentar sangrado", explica el Dr. Diamante.
Con respecto a los niños, el especialista dice que el aparato auditivo es más vulnerable. Para tener un parámetro de los alcances sonoros que puede lograr la pirotecnia, indica que un petardo alcanza los 120 decibeles, mientras que un mortero llega a los 145 decibeles y las bombas de estruendo producen hasta 190 decibeles. Esto, sin duda, representa un gran atractivo para los chicos que no cesar de encender mechas, una y otra vez. Sin embargo, es preciso tener en cuenta el peligro que esto conlleva. "El oído tiene una protección natural que resguarda de los ruidos intensos, pero frente al estallido de estos elementos no tiene tiempo de actuar", afirma el especialista.
En algunos casos el trauma que la pirotecnia puede ocasionar aparece después de transcurrido algún tiempo del acontecimiento. "En la consulta, algunos pacientes suelen relacionar al comienzo de sus sorderas con haber estado cerca de una explosión en las fiestas de fin de año", puntualiza el médico. Por lo que, entonces, sugiere estar atento de no exponerse demasiado cerca de quien pueda estar encendiendo algún elemento pirotécnico, ya que la mayoría de los daños auditivos son causados por segundas personas.
Si bien no hay cura para la pérdida de audición inducida por el ruido, la Fundación de Otorrinolaringología aconseja prevenir los daños con las siguientes recomendaciones:
* Usar protectores auditivos.* No exponer a los niños al ruido directo.* No provocar explosiones en ambientes cerrados.* Ante cualquier lesión consultar a un especialista.
Asesoró: Prof. Dr. Vicente G. Diamante, presidente de la Fundación de Otorrinolaringología, director del Centro de Implantes Cocleares, miembro de la Sociedad Americana de Otología (EE.UU.), profesor titular de la cátedra de Otorrinolaringología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires.
Conozco al hermano de un compañero de estudio de la secundaria que le explotó un cohete en la mano y le sacó algunos dedos. Eso fué perjudicial para el durante toda su vida, por el trabajo, por las relaciones sociales, por su autoestima. Actualmente está llegando a los 50 años. Cuidemos a nuestros hijos de ese peligro. Recordemos que el que juega con fuego se quema.
Marcelo y Graciela
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