LA ARMADURA DE DIOS
DEL EMBAJADOR
Dedique 10 minutos para orar a Dios su oración diaria, consolar su alma, esperar en la
ministración divina para el día, y concientizarse de la lucha espiritual contra el mal en todo tiempo.
Debemos diariamente orar a Dios nuestra oración diaria, consolar nuestra alma, esperar en la ministración divina para el día, y concientizarnos de la lucha espiritual contra el mal en todo tiempo.
Oración
Soy un embajador del reino de los cielos encadenado a la justicia divina, por declarar la verdad de Dios, su salvación y sanidad eterna. ¡Amén!
Con el fin de abrir mi boca con valentía para dar a conocer la palabra oraré en todo tiempo. Pues en hablar del Señor está mi gozo eterno. ¡Aleluya!
Por eso velo, y suplico al Espíritu Santo, que vaya por delante de mí y me ayude a perseverar firmemente ante las luchas diarias.
Con mi armadura preparada intercederé por los justos de Dios para que estén bendecidos, protegidos, fortalecidos con la gracia del Señor Jesús. ¡Santo!
El yelmo afirmaré, la espada llevaré, el escudo abrazaré, el calzado ataré, la coraza me pondré, y los lomos dispondré.
Para que la palabra de Dios lleve la salvación a los de la fe, que buscan y promueven la
paz, con justicia y con verdad para que el reino del Padre sea establecido en la tierra como se está en los cielos. ¡Gloria a Dios!
Para que la voluntad del eterno sea hecha en las personas como se hace arriba en la nueva Jerusalén. ¡Aleluya!
Tomaremos las armas de la luz y batallaremos contra los ejércitos de oscuridad en las regiones celestes, y venceremos, y reinaremos con Dios por los siglos de los siglos ¡Amén!
Extracto del libro "Orando con la Armadura de Dios, devocional diario"
Descargalo gratuitamente en:
Con fe y gozo.
Lic. Marcelo y Graciela Quiroga
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-- Haga esta oración y sea salvo y sano espiritualmente:
Padre y Dios mío, creo en tí, perdóname por mis pecados, me arrepiento por estar lejos de ti, te pido que me perdones, a través de tu Hijo Jesucristo, lo recibo a él en mi corazón para recibir su nueva naturaleza que me hará vencer el pecado, entra Jesús en mi vida y hazme una nueva persona, en tu nombre te lo pido y te doy gracias, te alabo y te bendigo. Amén.
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Lic. Marcelo y Graciela Quiroga
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