
No...
No amamos como Dios ama.
No consideramos como Dios considera.
No pensamos como Dios piensa.
No nos apiadamos como Dios se apiada.
No bendecimos como Dios bendice.
No nos santificamos como Dios que es santo.
No damos como Dios da.
No creemos como Dios cree.
No perdonamos como Dios perdona.
No obramos como Dios obra.
No consolamos como Dios consuela.
No estimamos como Dios estima.
No restauramos como Dios restaura.
No aconsejamos como Dios aconseja.
No intercedemos como Dios intercede.
No animamos como Dios anima.
No ayudamos como Dios ayuda.
No llamamos como Dios llama.
No esperamos como Dios espera.
No cumplimos como Dios cumple.
No justificamos como Dios justifica.
No salvamos como Dios salva.
No descansamos como Dios descansa.
No reinamos como Dios reina.
No soportamos como Dios soporta.
No sentimos como Dios siente.
No servimos como Dios sirve.
No recuperamos como Dios recupera.
No protegemos como Dios protege.
No liberamos como Dios libera.
No padecemos como Dios padeció en la cruz a través de su Hijo Jesucristo.
Por lo tanto, reflexionemos, levantémonos y santifiquémonos cada día con la ayuda de Dios, dado que nos falta mucho por cambiar y ser como El.
por Mq.
No hay comentarios:
Publicar un comentario