
¡NADA ES IMPOSIBLE!
En la Biblia hallamos el ejemplo de hombres y mujeres que cultivaron una fe auténtica en Dios y en consecuencia pudieron experimentar Su poder. La fe en Él les proporcionó la fuerza, la esperanza, la convicción y la perseverancia para sostenerse “como viendo al Invisible” (Hebreos 11.27).
En tal sentido, pocos capítulos de las Escrituras proveen tan amplias ilustraciones como Hebreos 11. Llamado por algunos: “El Capítulo de la Fe”, su contenido nos permite repasar las vidas de quienes en los tiempos pasados fueron seleccionados por Dios por haber vivido de una manera que agradó a Su nombre.
Allí se nos muestra que en cada período de la historia humana Dios ha requerido una cosa del ser humano: fe en Él y en lo que ha revelado y – como resultado lógico – una vida de obediencia en amor. Es así como en Hebreos 11 vemos cómo mientras uno construía un arca, otro dejaba su patria por la fe; mientras uno luchaba contra un enemigo temible, otros enfrentaban un horno de fuego ardiendo sostenidos por su fe. El denominador común es una fe que no duda de Dios y Su revelación, ¡y actúa en consecuencia!
Hemos recibido las Buenas Noticias de Jesús que nos permiten crecer espiritualmente y en las riquezas eternas. ¡Pero no alcanza sólo con saberlo! ¡Debemos creer y actuar! Porque Dios “recompensa a los que lo buscan” (Hebreos 11.6b).
La luz se expande a una velocidad de 300.000 km por segundo. En el mundo físico no hay ningún cuerpo, radiación, partícula, etc., que pueda alcanzar velocidades mayores que las de la luz. ¡Pero la fe es mucho más rápida porque está puesta en Aquél que es la Luz del mundo! Depende de usted encenderla y ponerla en marcha. No hace falta mucho, sino algo tan pequeño como un grano de mostaza (Mateo 17.20)
Jesús dijo: -“Les aseguro que el que cree en mí hará también las obras que yo hago; y hará otras todavía más grandes, porque yo voy a donde está el Padre” (Juan 14.12). San Pablo escribió: -“El que confíe en Él, no quedará defraudado. Deben permanecer firmemente basados en la fe, sin apartarse de la esperanza que tienen por el mensaje del Evangelio que oyeron” (Romanos 10.11; Colosenses 1.23).
¡Sus promesas son “obras aún mayores” y “fidelidad para siempre”!
Algunos piensan pasivamente en la vida cristiana y siempre están esperando que Dios actúe en sus vidas. Pero Jesús nos invita a desarrollar una fe activa, obedeciéndole con valentía para hacer lo que sabemos que Él nos pide. ¡Con poco lograremos mucho en Sus manos! ¡Adelante!
¡Vivamos una vida al 100%!
Pastor Rubén Kassabián
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