
Sonría, lo estamos filmando.
Esta frase, muy conocida por todos, advierte en determinados lugares, que nuestros actos no pasan desapercibidos, quedando así en un historial.
El motivo de la presente nota, es hacer notar a la gente, una realidad que ocurre en el cielo, respecto de cosas que se dicen y hacen aquí en la tierra.
Muchos de nosotros hablamos palabras incorrectas, expresiones que contaminan nuestro ser. Conversaciones insanas, quejas, juicios, criticas, palabras con doble sentido, están en nuestra boca continuamente.
Nuestro corazón declara, a través de nuestros labios, todo lo que hay en el. Y cuando pasamos por situaciones conflictivas van lastimando nuestro corazón, y éste lo expresa a través de las palabras antes mencionadas.
Todo lo que decimos diariamente, queda grabado en las personas que la escuchan en el cielo y en nosotros mismos.
Y así como lo expresa el título, algo parecido sucede en el cielo de Dios.
Cada palabra que decimos, bien o mal, y cada acto personal, es registrado en un libro en los cielos.
Como puede saberse esto. La Biblia nos dice que:
"por nuestras palabras seremos justificados y por nuestras palabras seremos Condenados" (mateo 12:37).
"ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca" (Efesios 4:29).
"y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras" (Apocalipsis 20:12).
Nuestras conversaciones generan un ambiente de fe o de duda en nuestro diario vivir, y dichas confesiones declaran lo que hay en nosotros. Si victoria o derrota, fe o incredulidad, positivismo o negativismo, que lastiman a los demás, puesto que nuestras palabras tienen poder de bendecir o maldecir.
Incrementa la ira dentro nuestro, porque revela la Biblia que, la lengua es un fuego, un mundo de maldad. La lengua esta puesta entre nuestros miembros, y contamina todo el cuerpo, e inflama la rueda de la creación, y ella misma es inflamada por el infierno (Santiago 3:6).
Todas nuestras palabras se graban y registran en el cielo para el día del juicio final.
Nos abre camino a la fe y bendición, o a la duda y maldición.
Nuestras confesiones pueden hacernos obrar mal.
¿pensamos lo que vamos a hablar?,
¿qué sale de nuestras bocas diariamente? ¿palabras buenas o malas, positivas o negativas?
¿nuestras conversaciones son para edificar a otro o para derribarlo?
¿las palabras que decimos, apaciguan nuestra enfermedad o la incrementan al punto de explotar?
¿reflexionamos ante el futuro que nos hará estar frente a los libros en el cielo, en el día del juicio, para recompensas de nuestras obras, o no somos conciente de ello?
¿sujetamos todo pensamiento a los consejos bíblicos o hablamos lo que primero nos venga a la boca?
El origen de este problema radica en el corazón. Si es así, ¿qué solución ha preparado Dios para ayudarnos?
La Biblia nos dice, a través del rey David "crea en mi, oh Dios, un corazón nuevo y limpio". Esta es la clave de toda buena conversación edificante, bendecida, testimonial, de nuestras vidas.
Pídale a Dios que le de un corazón nuevo, no solo para tener una buena confesión, sino para toda nuestra vida en general. Y La forma de poder hacer esto, es pidiéndole a Dios, que nos perdone, arrepintiéndonos de nuestros pecados y confesiones malas, y aceptando a Jesús en el corazón para que lo llene de su paz, amor y belleza.
Se dice que por la boca muere el pez. Se ha observado que nuestras palabras crean el mundo en que vivimos.
Practiquemos y veamos esta verdad.
Ahora, ¿cómo poder no hablar mal, si en este mundo, muchos hablan mal y hacen mal?
Lo que necesitamos, es cambiar de señorío.
Si estás en el señorío de las tinieblas, no podrás hacerlo, porque ante la injusticia no podrás callarlo.
Mas si pasas al señorío de la luz, o sea, de Cristo, podrás hacerlo por la fuerza del poder de Dios.
Es imposible vencer en nuestras propias fuerzas, esa tendencia a hablar mal, puesto que todo el mal es generado por el mismo infierno y los tropiezos. Pero si buscas a Dios vencerás con su fuerza y con su poder.
Por Lic. Marcelo Quiroga.
1 comentario:
Muy buen mensaje! bendiciones. Samy
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