🕊️📜PRUEBA BÍBLICA DE LA PERSONA DEL ESPÍRITU
Muchas líneas de evidencia en la Biblia indican que el Espíritu Santo es una persona, y no un objeto inanimado o fuerza impersonal. Nuestro principal interés aquí es fijar esto mediante un sondeo del material bíblico. En capítulos posteriores se llevará a cabo un tratamiento más detenido de muchos de estos asuntos.
(1) El posee atributos personales que se asocian con la mente, la voluntad y las emociones.
Pablo habla de «la mente del Espíritu» (Ro 8:27), y dice además que solo el Espíritu de Dios conoce las cosas profundas de Dios (1 Co 2:10-11). La actividad intelectual del Espíritu se ve además en los dones del Espíritu, tales como palabra de ciencia, palabra de sabiduría, discernimiento de espíritus y profecía (1 Co 12:8-10). También existe la cuestión de la voluntad. Los actos soberanos del Espíritu Santo son un aspecto de esto. El Espíritu Santo reparte dones «a cada uno según él lo determina » (1 Co 12:11). Asimismo dirige al pueblo de Dios para apartar a algunos para algún ministerio especial (Hch 13:2), y en la selección del campo de trabajo (Hch 16:6-7). Finalmente, el Espíritu Santo tiene emociones. Se le puede entristecer o contristar (Is 63:10; Ef 4:30); también manifiesta amor (Ro 15:30).
(2) Realiza acciones personales. Lo siguiente es una muestra:
• Crea: Gn 1:2; Job 33:4; Sal 33:6
• Crea de nuevo, o regenera: Jn 3:5; Tit 3:5
• Contiende con los hombres: Gn 6:3
• Convence a los no regenerados: Jn 16:8
• Intercede: Ro 8:26
• Hace milagros: Hch 8:39; He 2:4
• Levanta a los muertos: Ro 1:3-4; 8:11
• Habla: Jn 16:13; Hch 8:29; 10:19; Ap 2:7
• Enseña: Lc 12:12; Jn 14:26; 1 Jn 2:27
• Testifica: Jn 15:26; 1 P 1:11
(3) Puede ofendérsele personalmente. Esteban acusó a sus perseguidores de resistir siempre al Espíritu Santo (Hch 7:51).
Pedro acusó a Ananías de mentirle al Espíritu Santo (Hch 5:3) y luego dijo que Ananías y Safira habían tratado de tentar al Espíritu del Señor (v. 9). Pablo amonesta a los creyentes a no entristecer al Espíritu Santo (Ef 4:30), recordando probablemente cuánto le había ofendido Israel en el desierto (Is 63:10).
Todavía más, a los creyentes se les advierte en cuanto a la posibilidad de insultar o enfurecer al «Espíritu de gracia» al negar su salvación comprada con sangre (He 10:29).
En uno de los pasajes más solemnes de toda la Biblia Jesús advirtió en contra de blasfemar, o pecar, contra el Espíritu Santo (Mt 12:32; Mr 3:22-30; Lc 12:10). Los estudiosos discrepan en cuanto a la naturaleza precisa de este pecado, pero por lo menos hay dos puntos muy claros cuando uno examina el contexto de cada pasaje: (a) Consiste en a sabiendas y persistentemente atribuir a Satanás lo que obviamente es obra del Espíritu Santo, (b) Es el rechazo de Jesucristo como escogido de Dios y ungido para la liberación de la humanidad. (Los creyentes no tienen que preocuparse o afanarse pensando que han cometido este pecado. El mismo hecho de preocuparse de esto es una clara indicación de que el Espíritu Santo no los ha abandonado.)
(4) Jesús le llamo Paráclito. Esta palabra es una transliteración del griego parákletos, y se traduce como «Consolador», «Ayudador», «Intercesor», «Abogado». Su raíz significa «uno llamado al lado de». Los pasajes donde se halla este título (Jn 14:16,26; 15:26; 16:7) indican claramente que Jesús está hablando del Espíritu Santo como de una persona.
Otra indicación de que el Espíritu Santo es una Persona se ve en las palabras de Jesús que lo identifican como «otro Paráclito » (Jn 14:16, traducción mía). Jesús mismo fue el primer Paráclito. El apóstol Juan dice que «tenemos ante el Padre a un intercesor [parakletos], a Jesucristo, el Justo» (1 Jn 2:1). La clave está en la palabra griega que se traduce por «otro», altos, que por lo general quiere decir «otro de la misma clase». Así como el Señor Jesucristo vino para ayudar a sus discípulos y los animó, así lo haría el Espíritu Santo, ayudándoles, animándoles, e intercediendo por ellos (y por los que creerían su mensaje) después de que se fuera Jesús. Jesús prometió que no dejaría a sus discípulos huérfanos, indefensos y desconsolados (Jn 14:18).
(5) Se usan pronombres masculinos para el Espíritu Santo.
Parece que en unos pocos pasajes Jesús deliberadamente recalcó que el Espíritu Santo es persona al usar la forma masculina del pronombre demostrativo (Ekeinos antes que el neutro ekeino. Ekeinos traducido literalmente quiere decir
«ese uno», pero a menudo aparece en lugar del pronombre personal masculino autós, «él». Los eruditos de la Biblia saben, por supuesto, que Jesús hablaría arameo con sus discípulos. Sin embargo, el único registro que tenemos en la versión griega inspirada, que, damos por sentado, trasmite correctamente los pensamientos de Jesús), al referirse a él. En Juan 14:26 podría haber omitido la palabra sin alterar la gramática.
La LBLA dice: «Pero el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, Él [ekeínos] os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que os he dicho». En Juan 16:13-14 Jesús usó dos veces la forma masculina del pronombre, aunque en el griego no era necesario usar ningún pronombre.3 Dijo: «Pero cuando venga el [ekeinos] Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad ... Él [ekeinos] me glorificará».
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