Por: Edward M. Bounds
Sobre el Autor: Reconocido mundialmente entre los escritores cristianos como el especialista en la Oracion. Y no solo como un gran teorico, sino en la practica como uno de los mas grandes hombres de oracion de la historia. Del mandamiento Orad sin Cesar hizo un realidad practica. No es de extrañar, por tanto que sus numerosos libros sobre el tema tuvieran tal exito que se convirtieran muy pronto en betsellers, traducidos a diversos idiomas y conocidos, leidos, y apreciados por los cristianos de todo el mundo."El hombre que ha hecho lo máximo para Dios en este mundo, ha estado temprano sobre sus rodillas. El que malgasta la mañana, su oportunidad y frescura en otras preocupaciones en vez de buscar a Dios, hará pobres avances cuando lo busque el resto del día. Si Dios no está primero en nuestros pensamientos y esfuerzos en la mañana, estará en el último lugar en el resto del día."
Edward M. Bounds (1853-1913)
Detrás de levantarse temprano y de la oración matinal, está el ardiente deseo que nos insta a buscar a Dios. La apatía en la mañana es el indicador de un corazón apático. El corazón que se retrasa en buscar a Dios en la mañana, ha perdido su gusto por Dios.
El corazón de David estaba ardiente por Dios. Su hambre y sed de Dios lo llevaban a buscarlo temprano, antes de que amaneciera. No perdía su avidez de buscar a Dios por quedarse acostado durmiendo. Cristo anhelaba tener comunión con Dios, por ello se levantaba mucho antes del amanecer para dirigirse a la montaña a orar. Los discípulos, cuando se despertaban, avergonzándose de su indulgencia, sabían dónde encontrarlo. Podemos revisar la lista de hombres que han impactado poderosamente el mundo para Dios, y los encontraremos temprano, buscándolo.
El deseo por Dios, que no puede quebrar las cadenas del sueño hasta tanto este no se haya satisfecho completamente, es un deseo débil que hará poco bien para Dios. El deseo por Dios que mantiene lejos al demonio y al mundo al comienzo del día, nunca se recuperan después.No es simplemente el hecho de levantarse temprano lo que pone al hombre en el frente y lo hace capitán general en las huestes de Dios, sino por el contrario, es el deseo ardiente el que mueve y quiebra todas las cadenas de auto indulgencia. Pero madrugar abre un canal de expresión e incrementa y da fortaleza al deseo.
Si ellos se hubieran quedado en cama siendo indulgentes con ellos mismos, el deseo se hubiese apagado. Fue el deseo el que los despertó y los puso en lo estrecho por Dios, y por haber prestado atención y actuado respondiendo al llamado, le dio a su fe el entendimiento acerca de Dios, y dio a sus corazones la más dulce y completa revelación de Él, y esta fuerza de fe y llenura de revelación los hizo santos por eminencia, y el halo de su santidad ha bajado a nosotros, y hemos entrado en el goce de sus conquistas.Mas tomamos nuestra llenura en el gozo y no en el rendimiento. Nosotros construimos sus tumbas y escribimos sus epitafios, pero somos cuidadosos de no seguir sus ejemplos.
Necesitamos una generación de creyentes que busquen a Dios y que lo hagan temprano, que le den a Dios la frescura y sus primeros esfuerzos, y que a cambio obtengan la frescura y llenura de su poder, y que Él pueda ser como el rocío para ellos, lleno de alegría y fuerza, a lo largo de todo el trabajo del día.Nuestra pereza en buscar a Dios es nuestro pecado. Los hijos de este mundo son más astutos que nosotros. Se empeñan en todo momento. Nosotros no seguimos a Dios con ardor y diligencia. Ningún hombre llega a Dios si no lo busca con esfuerzo, y ningún alma lo sigue laboriosamente si no lo hace desde temprano en la mañana. Bendiciones para todos.
Con amor y esperanza.
Marcelo y Graciela Quiroga.
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