Manejar y hablar por teléfono: Este es, quizá, uno de los mayores problemas en los que cae la población mundial y es un hábito que se está convirtiendo en una práctica normal. Hablar por teléfono o mandar mensajes de texto puede ser igual o más peligroso que conducir superando el límite de alcoholemia. Aunque tampoco se evita el accidente, recomendamos usar algún dispositivo de manos libres.
Beber alcohol, comer y conducir: Una persona muere cada 40 minutos en un accidente causado por ebriedad. Los conductores jóvenes (de 21 a 34 años) son los que comúnmente caen en este problema, cuando salen de bailar los fines de semana y han bebido en exceso. Además, algunas personas carecen de tiempo para parar a almorzar (taxistas, empleados de transportes, etc) y lo hacen mientras conducen, situación que puede producir un accidente en una mínima distracción.
Abuso de confianza e imprudencia: Según estudios, las mujeres tienden a ser más precavidas a la hora de conducir su vehículo. En cambio, los hombres suelen ser más imprudentes y con exceso de confianza que los lleva a cometer errores como: ir pegado al auto de adelante, pasar otro vehículo cuando no se debe, no respetar señalizaciones y estacionar en cualquier lugar, realidades que pueden provocar multas, además de accidentes. Otro de los errores más comunes es salirse del propio carril para bajarse de la carretera o pasar al carril contrario.
Manejar con sueño: La falta de atención por sueño o cansancio interviene en casi la tercera parte de los accidentes, según la Dirección General de Tráfico (DGT). Se recomienda dormir de 7 a 9 horas diarias para poder conducir y no hacerlo por la noche o después de cenar. Interrumpir el viaje cada 200 km o cada 2 horas, tener la ventilación adecuada y si es posible no prender la calefacción, realizar comidas ligeras, beber bastante líquido (principalmente café) y refrescarse la cara muchas veces. Según estadísticas, la mayor parte de las fatalidades ocurridas sobre este tema se produjeron entre las horas habituales de descanso (3 a.m. a 6 a.m.).
Exceso de velocidad: Manejar rápido excediendo los límites de velocidad en la carretera son la segunda causa de choques fatales y uno de los mayores problemas de seguridad vial. No debes olvidar un dato importante: cuanto más rápido vayas, mayor será la distancia que necesites para frenar tu vehículo. Entre el 40 y el 50% de los conductores conducen más rápido de lo que recomienda el límite de velocidad, y entre el 10 y el 20% superan tal límite en más de 10 km/h. El exceso de velocidad aumenta las probabilidades de sufrir lesiones graves o de morir en un accidente.
Estar pendiente de los niños: La mayoría de los padres descuida su atención mientras maneja por una cuestión suprema (y por demás entendible): Sus hijos. Girar la cabeza, descuidarse, prestar atención a lo que hacen los niños también es un problema frecuente, pero por estas situaciones no se mira al frente, los laterales y los puntos ciegos del auto. Hay que manejar con suficiente responsabilidad, más aún cuando viajan menores a bordo del auto que se conduce. Tratar de utilizar siempre el espejo (pero no cambiar el retrovisor y abandonar la parte trasera del vehículo) y además existen en el mercado varios accesorios para vigilar a los pequeños sin tener que girar la cabeza.
No usar cinturón de seguridad: El cinturón de seguridad es la herramienta más eficaz en la prevención de las consecuencias de accidentes de tránsito. Durante un accidente se producen dos impactos: el primero es el choque y el segundo, como reacción, es el choque de los ocupantes del vehículo con el vidrio del parabrisas, e incluso fuera del auto. Las estadísticas demuestran que una persona despedida fuera del vehículo tiene 5 veces más probabilidades de ser muerta que aquélla que permanece en el interior del vehículo.
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