Vengo. Algún día cuando mi Padre me ordene.
Será en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta, vendré otra vez y te tomaré a mí mismo.
Será poderoso, ese día glorioso que regresaré por ti. El cielo brillará, se estremecerán las potencias, la voz se oirá, el llamado del Esposo, ahí viene, sal a su encuentro.
Al sol de justicia, a la fe perfecta, al invisible Dios hecho visible Hijo, al Pastor de las ovejas, al Príncipe de los pastores, al Hacedor de maravillas, y todo el pueblo dice, Amén, sí, Ven Señor Jesús.
Como Señor o como ladrón en la noche, depende de tu vigilancia espiritual, de tu pecado, de tu luz, o de tu aceite fresco.
Si tu lámpara adormece arréglala, si tu copa está vacía llénala, si tu vaso está seco llénalo, si tu fuente está sin agua introdúcete en mi río eterno. Quiero que estés preparado, hay señales que anteceden. Yo aviso con tiempo, debes vivir en santidad, vigilancia y oración
constante.
No temas, yo te ayudo. Serás transformado en un momento, los muertos resucitarán primero, esa es buena señal.
Será un arrebato fugaz, con voz de mando vengo, con voz de arcangel voy, la trompeta de Dios en mano, con nubes del cielo, con ejércitos angelicales, abre tus ojos, tus oídos, tu corazón, tu fe, tu simpleza, tu gentileza, tu santidad, y serás lleno de la gloria divina, de la unción poderosa, de la resurrección masiva, y de la glorificación instantánea.
Intercedo por tu vida para que estés preparado para aquel día glorioso.
Yo Jesús de Nazareth, quien como saeta divina, descenderá del cielo, para justificarte y bendecirte.
Del libro "365 Mensajes de Jesús desde el cielo" devocional diario 2014-2015
www.365mensajesdejesus.com
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